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Gestión de conflictos, mediación y promoción de la convivencia

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Y con el verano… la convivencia arde

Los conflictos vecinales, cuando llega el verano, parecen salir del armario con los bañadores, las chanclas o las toallas de playa. Y es que, en muchas ocasiones, esta época del año con las vacaciones se pueden visibilizar o aumentar cierto tipo de conflictos que a lo largo del año pasan más desapercibidos, son los llamados conflictos estacionales.

Escenarios del verano en comunidades vecinales

Llega el verano y estos son algunos escenarios comunes que pueden generar conflictos vecinales en verano:

  • Ruidos. Cuando hablamos de molestias en comunidades vecinales, el ruido es una de las principales fuentes de conflicto en los vecindarios durante el verano. Las fiestas al aire libre, las reuniones familiares, la música alta y las actividades recreativas aumentan con el buen tiempo. Las diferencias en la tolerancia al ruido y los horarios de descanso son los grandes desencadenantes de este tipo de conflictos.
  • Áreas comunes. En las comunidades con áreas comunes, el uso y el acceso equitativo de estos espacios son otro de los motivos de conflicto. Por ejemplo, dejar bicicletas en zonas comunes o niñas y niños que juegan en estas zonas a deshoras, pueden desencadenar disputas en comunidades vecinales.
  • Animales domésticos. Se suelen dar problemas derivados de daños que pueden causar las mascotas, con el buen tiempo salen más a patios, balcones, terrazas pudiendo generar más ruidos, olores…
  • Olores. Con el buen clima, aumenta el uso de las barbacoas en las terrazas y muchas veces no se tiene en cuenta las molestias que esto puede ocasionar (olores, humo…) al resto de vecinas y vecinos; otra causa común de conflictos en verano son los olores que generan las basuras, ya que con las altas temperaturas estos se intensifican.
  • Reformas en viviendas o locales. En periodo estival, con el incremento del tiempo libre, la realización de obras en viviendas o locales aumenta. Muchas veces realizar obras en horarios comúnmente considerados como horarios de descanso o cuando se trata de obras que afectan a elementos comunes pueden ser causas de conflicto.
  • Estacionamiento. Debido a que en muchos sitios el estacionamiento es limitado, los problemas derivados del mismo como ocupar espacios asignados a otros residentes o bloquear entradas o salidas, pueden generar tensiones vecinales, especialmente durante la temporada estival cuando hay más visitas y actividades al aire libre.
  • Privacidad. Con el buen clima, las personas pasan más tiempo en sus patios, balcones o terrazas, esto puede desencadenar conflictos derivados de la invasión de privacidad.

Por lo tanto, sabiendo que en esta época con el buen tiempo, el aumento de las temperaturas y la modificación de nuestros horarios y hábitos cambian y con ello aparecen nuevas situaciones que pueden generar dificultades, conocer cuáles pueden ser estas situaciones nos ayudan a prevenir que los conflictos afloren. Una comunicación abierta y respetuosa, ante este tipo de dificultades puede ayudar a que los conflictos no escalen.

Fundación GizaguneY con el verano… la convivencia arde
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