La soledad parece cada vez más habitual en las comunidades vecinales. Soledades deseadas o no, soledades acompañadas o no. La soledad es un aislamiento, es la falta de la conexión con la sociedad, aunque podamos sentirla sin estar aisladas. 

No todas las personas que se sienten aisladas son solitarias por naturaleza. En cualquier caso, ¿cómo influye esto la convivencia?

La soledad en los conflicos comunitarios

Según desvela un informe de la BBC podemos identificar la soledad a través de estos 5 aspectos:

• No tener nadie con quien hablar
• Sentirse desconectado del mundo
• Sentirse dejado de lado
• Tristeza
• No sentirse entendido

La soledad, entre otros factores, tiene consecuencias en cómo nos relacionamos y en cómo nos sentimos. De este modo, la soledad puede generar depresión, ansiedad, retraimiento, miedo, incertidumbre y esto podría a su vez acabar afectando en las relaciones, generando dependencia o relaciones “tóxicas”, por la necesidad desesperada de no sentir esa soledad, de sentirse aceptada o aceptado en la comunidad, etc. 

Podemos observar que usualmente estas personas no acuden a las reuniones de comunidad. En el caso de que si lo hagan, se puede observar, que se suelen mostrar más estresadas, siempre alerta, inquietas, quizá más hostiles, angustiadas, con poca seguridad, etc. Consecuentemente todo esto conduce a relaciones negativas en las comunidades, lo cuál, suele ser contagioso. Es habitual, que las personas solitarias no sean conscientes de lo que les sucede ni de su impacto en las demás personas. 

Si a esto le añadimos un conflicto en la comunidad, ya tenemos la combinación perfecta para que se genere un conflicto.

Cualquier persona puede padecer soledad, de hecho, según el INE se prevé que en España, en 2030, haya «5,5 millones de hogares unipersonales, el 28,6% del total de domicilios del territorio nacional». Actualmente este porcentaje es del 24,7%. Si observamos esta cifra a nivel europeo el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea ha realizado un informe en el que se establece que el 7% de la población total de Europa, se siente sola. Por ello este tema incluso, empieza a ser entendido como una cuestión de Estado, apareciendo en algunos países el Ministerio de Soledad, como existe en Reino Unido desde 2018.

Desde los servicios de mediación, podemos detectar estas realidades y contactar con personas allegadas para que puedan intervenir en estos casos. También podemos ayudar a los y las vecinas a tomar conciencia de estas realidades, siendo más pacientes y empáticos con estas personas, haciendo más amable la convivencia para todas las personas.