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Gestión de conflictos, mediación y promoción de la convivencia

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La rabia en mediación, ¿qué hacemos?

La rabia, esa invitada indeseada a la que continuamente intentamos evitar. Esa emoción de tan mala fama que nos han enseñado a esconder. Ese torbellino que, en muchas ocasiones, acaba siendo la chispa que faltaba para el estallido del conflicto.

La rabia, pobre de ella, siempre reprimida.

Pero, ¿qué pasaría si le diésemos voz y fuésemos capaces de escuchar lo que dice?

Entonces nos daríamos cuenta de que la rabia no sólo viene a molestarnos, a incordiarnos o a activar una reacción agresiva. Viene también a darnos una información muy valiosa sobre lo que nos ocurre, sobre la forma en la que vemos el mundo, sobre nuestra capacidad para gestionar conflictos y situaciones complicadas.

Lo mismo ocurre cuando estamos gestionando un conflicto, ¿qué hacemos como profesionales?, ¿cómo gestionamos la rabia de las partes?

En una mediación, la rabia de una de las partes (o de ambas) puede llegar a ser un regalo para nosotras. Aunque en muchas ocasiones la rabia pueda dar miedo, si se gestiona bien, puede abrir muchas vías para la gestión eficaz y dialogada del conflicto.

¿Qué nos está diciendo la rabia de una de las partes?

  • Nos avisa de que la persona tiene una necesidad no cubierta que se está pasando por alto
  • Nos avisa de que la persona no está encontrando la forma de transmitir su malestar.
  • Nos habla de la frustración que tiene por no sentirse comprendida.
  • Nos muestra que la persona se siente víctima y poco responsable de lo que está pasando.
  • Nos muestra la forma en la que persona evalúa la situación y cuáles considera que son las causas del conflicto.

¿Cómo gestionar la rabia de las partes en mediación?

  • Ayudando a la persona a comprender la causa real de su enfado y facilitando su expresión de una forma más adecuada.
  • Mostrando comprensión y empatía.
  • Legitimando la emoción (aunque no legitimemos la forma, las personas deben sentir que tienen derecho a enfadarse).
  • Estableciendo un límite a partir del cual tomamos un descanso que nos ayude a tomar distancia.

Es mucha la información que podemos obtener a partir de la rabia, razón por la cual, más que negarla o intentar evitarla, es interesante aprender a gestionarla de tal forma que acabe siendo una puerta que nos lleve a un espacio de diálogo más efectivo.

Fundación GizaguneLa rabia en mediación, ¿qué hacemos?
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2 comments

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  • Jorgelina Righetti - 15/07/2016 reply

    Muy interesante, y tan cierto, lo que más me complica en mi labor es el manejo de las emociones de los mediados, esta mirada de la rabia es totalmente constructiva. Muchas gracias.

    Fundación Gizagune - 26/07/2016 reply

    Gracias Jorgelina!

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